lejos de la realidad

Lo difícil que fue decirlo es igual que lo difícil que haces la espera. No sé cuántos días son desde que supe de ti. Aún no decido si me arrepiento de haberlo dicho de forma tan fría y directa y sigo pensando si en realidad lo dije o fue sólo un deseo incontenible de hacértelo saber. El distanciamiento y tu respuesta perdida, tardía e inexistente son indicios de que en efecto dije algo que no tengo planeado decir a nadie más en mucho tiempo.

No sé que tan oportunos hemos sido en todo esto. No sé si en realidad debimos llegar hasta donde llegamos sin decir nada. No sé si en verdad le estoy dando tanta importancia como debiera. No es que no me importe, sino que fue sólo un momento febril, un desenfreno fugaz.

Seguiré esperando, pues sé que el encuentro es inevitable y sabes que decir algo antes de volvernos a ver nos liberará de esa incertidumbre que nubla los sentidos y de ese agrio rencor que entorpece las palabras. Quiero saber de ti. Quiero más que cualquier otra cosa, que tu respuesta sea la misma que deseo escuchar, sin disfraces, sin disculpas, sin sentimientos.