El último adiós

Supongo que leer lo que escribiste no cambia nada en mí. Lo leo y es algo que ya sé, algo que está implícito y algo predecible. Siento que la conexión que hay entre nosotros va más allá de lo que puedo controlar y siento que esa es la razón principal por lo que esto tiene sentido para mi en un nivel que aún no entiendo o no sabía que existía en mi. En la vida hay momentos que te frenan en seco y te muestran la verdadera razón por la cual vale la pena vivirla; hay momentos en la vida que te la cambian por completo sin advertencia alguna, dejándote desubicado, desorientado y sin rumbo; hay momentos en la vida que deberían durar para siempre y hay momentos en la vida que lo son todo. Cada uno de estos momentos nos forjan como personas, nos hacen quienes somos, nos llenan y nos vacían también. Estos momentos nos dan y nos quitan porque todo en la vida en una balanza que equilibra nuestro universo y lo increible de todo esto es que nosotros decidimos qué hacer de esos momentos y qué vivir de esos momentos y qué botar de esos momentos y qué guardar de esos momentos y qué aprender de esos momentos y en qué momento dejarlos ir. Creo que nosotros acabamos de tener nuestro momento y es tiempo de dejarlo ir. Creo que haberlo vivido como lo hicimos fue lo mejor que pudimos hacer, porque es mi forma de vivir la vida desde que me di cuenta lo corta que es. Hay personas que se dan cuenta de lo corta que es la vida a los 70 u 80 años, quienes la mayor parte de sus vidas la vivieron para los demás, para el trabajo, para el qué dirán, para el hubiera, atrapados en el pasado y planeando el futuro, desperdiciando el presente. Yo aprendí por la mala a darme cuenta que la vida es sólo un instante, un abrir y cerrar de ojos. Ojalá hubieran más personas en el mundo que se dieran cuenta antes de que sea demasiado tarde.
Cuando digo que no creo en las segundas oportunidades es porque para mí, las oportunidades se presentan una vez en la vida y depende de uno mismo decidir qué hacer con ellas en ese momento, en su momento. Los círculos que se cierran en la vida deben permanecer así y dejarlos ir sin mirar atrás. Aún cuando las circunstancias y prioridades cambian, esos círculos deben quedar cerrados, pues la razón por la cual se cerró debe ser suficiente para no necesitar regresar a ellos. Todos estamos en busca de la felicidad y vamos por la vida deseándola, envidiándola, soñándola y en el momento en que llega a nuestras vidas, nos echamos para atrás por miedo. Es chistoso como el miedo puede acabar con todo lo que hemos construido, todo por lo que vivimos y lo que buscamos. Creo que lo que quiero decir, es que espero que aprendas a dejar el miedo atrás y te permitas vivir tu vida como viene, dejando a esa "mente práctica" a un lado porque a medida que pase el tiempo te darás cuenta que gracias a ella desperdiciaste mucho y dejaste aún más.
Espero que encuentres aquello que buscas, que tu vida se llene de logros y éxitos, que siempre tengas luz en tu camino por más oscuro que se ponga y espero, de corazón, que vivas una vida plena, llena de felicidad y alegría. Esto no va a resultar en una amistad ni en una relación, sino en algo mejor: va a resultar en un recuerdo que los dos tendremos grabado en el corazón y el alma y que pase lo que pase nada lo podrá borrar.

No hay comentarios: